La mujer invisible.

Rudi y el arte de no hacer nada

Luisa Fernanda. ¿es un nombre de zarzuela?, ¿es un O.V.N.I ?, ¿Es Superman?. No señores, es la autentica, la inefable, la indestructible  Luisa Fenanda Rudi, por la gracia de Dios y para nuestra desgracia presidenta de la D.G.A. (Diputación General de Aragón). Como verdadero animal político disfruta de cualidades físicas que la asemejan al agua: es inodora, insípida e incolora. Los zaragozanos recordarán sus denodados esfuerzos en la alcaldía de la capital aragonesa que culminaron con la hazaña más sublime de su mandato, que fue colocar unas macetas en la mediana del paseo Maria Agustín de Zaragoza. Estuvo en Bruselas,  fue la primera mujer presidenta del congreso de los diputados y ha desarollado una mutación genético -política que sería el orgasmo de Darwin aplicado a  su teoría sobre la evolución. Luisa Fernanda es el animal político por excelencia. Le da absolutamente igual estar aquí o allá, en Madrid que en bruselas, en Aragón o en el consejo  intergaláctico de la guerra de las galaxias. Con el tiempo ha desarrollado un nuevo A.D.N. político que permite que su culo se acomode con exactitud milimétrica a cualquier poltrona. Si fuera compresa sería la compresa perfecta porque se adhiere perfectamente a cualquier braguita-butaquita, no se mueve y no traspasa. Y si no que se lo cuenten a los mineros aragoneses que se entrevistaron con ella. En plena crísis de la minería, y con miles de puestos de trabajo en el aire, Luisa Fernanda se ajustó el dogal que le impone su partido desde Madrid, invitó a los currelas a un cafelito y unas pastas, les dijo que estudiaría el tema con atención y llamó al servicio para que los acompañara a la puerta . De Luisa Fernanda no se ha sabido nada más. Sabemos que existe porque se lleva una pasta de la D.G.A. Sabemos que existe porque siempre sale en las fotos del poder, Sabemos que existe porque nos lo dicen. Lo que no sabemos es para que coño existe políticamente en Aragón.